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Demostración práctica. Ejemplo 4º.

DEMOSTRACIÓN PRÁCTICA.

Ejemplo 4º. Entrevista.

DEMOSTRACIÓN PRÁCTICA.

Ejemplo 4º. Relato

LAS PALABRAS MÁS GRANDES

Relato para caso 4º

Por Yolanda Calero

Cuando era un niño muy pequeño, mamá emitía unos extraños sonidos que me provocaban una sonrisa.

Yo no podía entender lo que quería decirme, pero al escucharla, sentía que todo mi cuerpo se llenaba de felicidad, y de paz.

El tiempo fue pasando y poco a poco empecé a entender sus sonidos. Descubrí que esos sonidos eran palabras y que con esas palabras mamá me expresaba casi todo lo que sentía.

Y digo casi todo porque ella siempre me decía: “Cuánto te amo, mi niño. Nunca sabré expresarte todo lo que te amo; no tengo palabras tan grandes…”

Sus palabras me hacían sentir tantas cosas buenas que quería encontrar las más grandes para poder decírselas y hacerla feliz.

Tal fue mi obsesión por encontrarlas que dediqué largos años a estudiar las palabras. Investigué la importancia de los conceptos y la mejor forma de expresarlos. Aprendí todas las lenguas y el significado de sus palabras; las contracciones, los sufijos, los prefijos, los antónimos, los sinónimos y todo lo que pudiera ayudarme a encontrar las palabras más grandes.

Después de mucho tiempo de investigación me sentí derrotado, y perdido. No era capaz de encontrar las palabras más grandes. Y lo peor, había olvidado las palabras de mamá, la plenitud que entonces sentía.

Hacía muchísimo tiempo que no la veía, el estudio y la investigación habían ocupado todo mi tiempo.

Una mañana, mientras estudiaba, sonó el teléfono. Era mamá. Estaba enferma y quería verme.

Cuando llegué a su casa y abrió la puerta, no la reconocí. Había envejecido mucho.

Nos sentamos a comer y me contó “sus cosas”, su rutina, sus achaques, … Había preparado un postre especial para mí y cuando se levantó de la mesa para servirlo me acarició el pelo y me dijo: “Cuánto te amo, mi niño. Nunca sabré expresarte todo lo que te amo; no tengo palabras tan grandes…”

Y en ese momento me sentí feliz, como cuando era un niño tan pequeño que no entendía los extraños sonidos de mamá.

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