LA ENTREVISTA
EL ARTE DE INTERROGAR
Para el desarrollo del tema consultar Libro: CUENTOS QUE CURAN. Capítulo 4.
LAS PREGUNTAS INVESTIGAN LA REALIDAD Y A LA VEZ LA CREAN
Plantear preguntas no es sólo un modo de obtener información, sino que al mismo tiempo es un modo de crearla. Preguntando se genera información: en cada pregunta se esconde una afirmación implícita que puede perturbar la forma habitual en que se ven las cosas de la familia.
Por ejemplo, si el entrevistador pregunta: “¿Cuándo se hace más potente el síntoma en casa o en la calle?”, implícitamente propone ver el síntoma como un fenómeno relacionado con contextos y no como un problema individual del sujeto. Si la pregunta se responde indicando alguna diferencia (“en casa” o “en la calle”), se acepta la propuesta implícita de esa descripción de la realidad.
La propuesta de este trabajo consiste en recuperar la propia biografía, superar los hechizos[1] en los que caemos, para expresarnos y tomar las riendas de nuestra vida. En definitiva, como un retorno del individuo a sí mismo.
Para Stephen Gilligan[2], la dificultad existencial incluye tres aspectos:
- Una experiencia sensorial y emocional de sufrimiento.
- Referencias narrativas o cognitivas al respecto del sentido del sufrimiento.
- Reacciones, comportamientos y movimiento relacionados con la experiencia, tales como supresión o actuación violenta.
Según Milton Erickson[3] la dificultad existencial puede entenderse como una llamada a la totalidad, una vuelta de la alienación a la adaptación. A la conexión con encuadres significativos para la persona.
Esto nos lleva a respetar el problema como indicador del proceso vital de su anfitrión. Su comportamiento nos hablará de los aprendizajes y procesos adaptativos o no de la persona que lo manifiesta.
Una propuesta para explorar las dificultades existenciales con las que vamos a trabajar
Concretamente nos referiremos a tres instancias:
- Estados asociados a su experimentación
- Metáforas y mensajes
- Implicaciones sistémicas y consecuencias en el entorno
- Estados asociados a la experimentación
Este aspecto explora lo que la persona experimenta cuando se presenta el problema. Debemos calibrar los elementos de la experiencia subjetiva que lo acompañan[4]. Podemos apuntar los siguientes aunque no suponen nunca una lista cerrada:
- Ruptura de la atención simultánea. Somos capaces de atender 7+/-2 líneas simultáneas de pensamiento, es decir, entre 5 y 9 focos simultáneos. Cuando nos centramos en el síntoma abandonamos esa atención múltiple y nos hiper – enfocamos hacia el problema.
- Producción de estados asociados: angustia, miedo, inquietud, ansiedad, depresión…
- Olvido de las capacidades y recursos de solución que solemos tener.
- Alteración perceptiva: visual, auditiva, sensitiva y emocional de escenarios.
- Alteración en la percepción del paso del tiempo: condensación o dilatación.
- Conexión y generalización de escenarios que activan el conflicto
- Encuadres, creencias, explicaciones, legitimaciones acerca del síntoma: ¿Por qué me pasa? ¿A qué lo atribuyo?
- Alteración en la percepción de la identidad propia: Polaridades en conflicto, actuación de la Sombra[5]…
- Alteraciones y rupturas en la Conciencia Ecológica
- Interrupciones del Continuum
- Las metáforas subjetivas del problema con el que voy a trabajar
Un conflicto puede ser expresión de otros problemas que no son fáciles de comunicar, bien por falta de conciencia sobre él o por la prohibición sistémica para su expresión. A veces, las creencias limitantes sobre un conflicto nos impiden expresarlo. Sin embargo, quedan como sensación de la memoria corporal y más adelante se configuran con otros elementos. Veamos algunas funciones del problema[6]:
Una de ellas es comunicar: por ejemplo, la conducta confusa de un niño de 7 años, con un lenguaje ininteligible, con distracciones y desobediencias severas puede estar comunicando la confusión que hay en casa, en la que madre, tía materna y abuela se disputan el control y el poder sobre el niño, siendo éste el objeto de otras disputas no resueltas entre la familia.
Otra función es desplazar: las quejas de una madre sobre su hijo puede ser un desplazamiento de la queja y la frustración que siente la mujer frente a su marido.
Otra función es promover el acercamiento o el apego entre dos personas: por ejemplo, un síntoma incapacitante de un hijo puede ser un modo de provocar que los padres se unan como pareja.
En consecuencia, podemos hablar de distintos campos metafóricos a los que nos remiten las distintas manifestaciones sintomáticas.
- Un conflicto es a veces expresión de un estado de la persona y también una metáfora de otro estado. A veces un dolor de estómago metaforiza otro tipo de dolor.
- Puede metaforizar el estado interno de otra persona. El temor de un niño a salir a la calle puede ser una analogía del temor de la madre.
- También puede ser una analogía de otras relaciones entre la familia. Si el padre vuelve abatido de su trabajo y la madre lo consuela. El hijo puede volver abatido de la escuela para dar oportunidad al padre de salir de su estado y consolarlo a él.
- Por otra parte, puede provocar alianzas en torno al conflicto y suspender momentáneamente la atención de otros problemas considerados quizá más graves. Como es el caso de muchas adicciones que generan alianzas de ayuda sobre el sujeto y tapan otros conflictos.
- Estas metáforas pueden ser alternantes, saltando de un conflicto a otro en función de la reorganización de las fuerzas psíquicas sistémicas.
- El problema puede ser expresión de un fantasma motivado por ciclos psicogenealógicos no concluidos, secretos familiares y hechos dolorosos[7].
- Implicaciones sistémicas
El conflicto manda mensajes a su contexto. Mensajes que, en muchas ocasiones reordenan el rango de las personas implicadas, o su jerarquía invisible.
Por ejemplo, la esposa de un eminente profesor universitario de psicología sufría depresiones intermitentemente. La mujer, con este síntoma, manda a su marido, al menos, dos mensajes:
El primero es: Mi depresión me sitúa en una posición de mayor debilidad con respecto a ti.
El segundo es: Con todo lo que sabes de psicología no puedes curarme, lo cual me pone en una posición más fuerte que la tuya.
Cada problema lanza un mensaje de doble vínculo al contexto en el que se desarrolla. Un mensaje que reconfigura los vectores de energía y poder en el contexto familiar.
Cuando un miembro familiar manifiesta por ejemplo, un trastorno alimentario establece un nuevo trazado en su escenario familiar. Otros miembros se preocupan, algunos conflictos que estaban presentes se posponen, aparecen nuevas emociones y se abandonan otras.
Una pregunta que sobrevuela en programas de rehabilitación en casos de abuso de drogas es: – Cuando tú mejores ¿qué miembro de tu familia empeorará o estará en riesgo de hacerlo?
El problema con el que trabajamos manda mensajes de subtexto al nicho familiar. Mensajes que aportan fortaleza y debilidad en la persona que lo sufre y en su familia.
El arte de interrogar. Propuestas y sugerencias de preguntas
Significación subjetiva |
Sugerencias para la exploración |
Estados asociados | · ¿Qué le hace sentir este problema?
· ¿Qué siente al sentir esto[8]? · ¿Tiene alguna sensación corporal al experimentar el problema? ¿En qué parte del cuerpo? · ¿Aparece algún tipo de diálogo interno? ¿Con qué mensaje? · ¿A quién le remite este mensaje? · ¿A qué atribuye que le ocurra esto? ¿Cuáles son las causas? |
Metáforas | · Esto que le pasa es ¿Cómo qué…?
· ¿Qué más o qué otra cosa quiere decir esta dificultad? · ¿A qué le remite? ¿Qué más? · ¿Qué le recuerda? ¿Qué más? |
Implicaciones sistémicas | · ¿Cuándo y dónde se produce el problema? ¿Cuándo y dónde no?
· ¿Cuáles son las conductas implicadas en el problema? · ¿Con quién se produce y con quién no? · ¿Cuáles son las excepciones a la regla del problema? · ¿Qué pasa en su familia cuando aparece el problema? · ¿Alguien se siente mal? ¿O se intranquiliza? · ¿Cómo cree que se siente su hermana, padre, madre…? · ¿Alguien empeora cuando usted mejora? · ¿Cuando alguien empeora qué ocurre con los demás? · ¿Qué hace su marido cuando su hijo tiene lo que usted llama un trastorno de conducta? · ¿Cómo reacciona su hijo? · ¿En qué varía exactamente la conducta de su hijo cuando su marido le define como “sano”? · ¿Para quién representa un problema lo que hace su hija? · ¿Quién es el que más se inquieta?, ¿quién se inquieta en segundo lugar? (etcétera). · ¿Quién es el primero de la familia que se da cuenta cuando aparece lo que el doctor Pérez denomina desorden psicológico? · ¿Cómo cree que ve su mujer la relación entre usted y su padre? ¿Su suegra opina de un modo bastante parecido o muy diferente? · Supongamos que su hermana dijera en voz alta lo que piensa de su madre, ¿qué es lo más probable que diría? |
En síntesis. La entrevista debe posibilitar y explorar:
- El largo viaje al aquí y ahora.
(La dificultad tal y como se presenta en el momento presente).
- El pasado que siempre vuelve a ocurrir.
(Influencia del pasado en el presente).
- El inaplazable futuro.
(Cómo podemos lanzar el proceso hacia adelante).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES ESPECÍFICAS PARA ESTE TEMA
- BANDLER, R.; GRINDER, J. (1994a): La estructura de la magia. I y II. Santiago Chile: Cuatrovientos. Vol. I. Págs: 63-179
- BEYEBACH, M. (2006): 24 ideas para una psicoterapia breve. Barcelona: Herder
- LIPCHIK, E. (2004): Terapia centrada en la solución. B. Aires: Amorrortu
- O´CONNOR, J.; MC DERMOTT, I. (1997): El lenguaje corporal. Conceptos básicos. (PNL aplicada). Barcelona: Plaza & Janés. Págs: 139-158
- ORTÍN, B. (2000): Programas de intervención socioeducativa con niños y jóvenes en situación de riesgo social. Aportaciones de la Programación Neurolingüística. Valencia. Servei de publicacions de la Universitat de València. Págs:975-984
- SHAZER, STEVE de. (1999): En un origen las palabras eran magia. Barcelona: Gedisa
- SCHLIPPE, A. y SCHWEITZER, J. (2003): Manual de terapia y asesoría sistémica. Barcelona: Herder.
- SCHÜTZENBERGER, ANNE ANCELIN (2002): Ay, mis ancestros. B. Aires: Edicial. Págs: 90-94.
- WEERTH, R. (1998): La PNL y la imaginación.. Buenos Aires; Málaga: Sirio. Págs: 200-204
Notas
[1] ORTÍN, B. (2005): Cuentos que curan. Barcelona: Océano-Ámbar. Págs 73ss.
[2] GILLIGAN, S. 2001: A coragem de amar. Ed. Caminhos: Pág. 41.
[3] ZEIG, J. (1992): Un seminario didáctico con Milton Erickson. Buenos Aires: Amorrortu.
[4] BANDLER, R.; GRINDER, J. (1994): La estructura de la magia. Vols. I y II. Santiago Chile: Cuatrovientos.
[5] JUNG, C.G. (1969): El Hombre y sus Símbolos. Madrid: Ed. Aguilar. Pág. 168.
[6] Ver HALEY, H. y MADANES, C. En MADANES, C. (1982): Terapia familiar estratégica. B. Aires: Amorrortu. Ver también el trabajo de SALVADOR MINUCHIN y colaboradores (2000): Pobreza, institución, familia. B. Aires: Amorrortu. También: El arte de la terapia familiar (2006) y Técnicas de terapia familiar en 2008. Estos dos últimos en Barcelona: Paidós
[7] BOSZORMENY-NAGY et al. (1994): Las lealtades invisibles. B. Aires: Amorrortu
[8] Ésta es la pregunta que realizaba la psicoterapeuta familiar VIRGINIA SATIR para explorar la Meta-Emoción asociada a la experimentación del síntoma. Ver: En contacto íntimo, publicado por Ed. Neo-Person. (2008). Madrid.